Los partidos políticos adaptan sus estrategias al entorno digital para captar votantes y difundir sus propuestas
Las plataformas digitales se han convertido en un escenario crucial para la comunicación política y la movilización ciudadana. Los partidos buscan llegar a una audiencia amplia y diversa, pero también se enfrentan a los riesgos de la desinformación y la polarización.
El próximo 23 de julio de 2023 se celebrarán elecciones generales en España, las decimosextas desde la restauración de la democracia y las quintas con Felipe VI como rey. Unos comicios que se prevén decisivos para el futuro del país, marcado por la crisis sanitaria, económica y social provocada por la pandemia del coronavirus.
En este contexto, las redes sociales se han consolidado como un factor clave para la comunicación política y la participación ciudadana. Según el último informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 84,6% de los españoles usa internet y el 76,2% tiene perfil en alguna red social. Además, el 28,8% afirma que las redes sociales influyen mucho o bastante en su opinión política.
Los partidos políticos son conscientes de esta realidad y han adaptado sus estrategias electorales al entorno digital. Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, los partidos usan las redes sociales para difundir sus mensajes, interactuar con los ciudadanos, movilizar a sus simpatizantes y contrarrestar a sus adversarios. También recurren a ellas para captar nuevos votantes, especialmente entre los jóvenes y los indecisos.
La desinformación y la polarización amenazan la calidad democrática
Sin embargo, las redes sociales también plantean desafíos y riesgos para la democracia. Uno de ellos es la proliferación de noticias falsas o bulos, que buscan manipular o desinformar a la opinión pública sobre temas relevantes. Según un informe de la Fundación Civio, el 86% de los españoles ha recibido algún bulo relacionado con las elecciones o la política en los últimos meses. Además, el 40% reconoce haber compartido algún bulo sin verificarlo previamente.
Otro problema es el llamado filtro burbuja, que consiste en que las redes sociales nos muestran contenido afín a nuestros gustos e intereses, reduciendo así la diversidad de opiniones y fuentes de información a las que accedemos. Esto puede generar polarización y confrontación entre grupos sociales con visiones opuestas o contrarias.
Un ejemplo reciente de esta situación es el viral #Que te vote Txapote, que surgió tras el debate electoral del pasado 7 de julio entre los candidatos a la presidencia del Gobierno. El hashtag hace referencia al etarra Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, condenado por varios asesinatos. Algunos usuarios lo usaron para criticar al candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, por su postura sobre los presos de ETA y el acercamiento al País Vasco. Otros lo usaron para defender a Iglesias y denunciar el uso político del terrorismo.
El hashtag se convirtió en tendencia en Twitter durante varias horas y generó miles de comentarios y reacciones. Algunos medios de comunicación se hicieron eco del fenómeno y lo analizaron desde diferentes perspectivas. Sin embargo, también se difundieron informaciones falsas o tergiversadas sobre el origen y el significado del hashtag.
Los ciudadanos deben ser críticos y responsables al usar las redes sociales
Ante este panorama, los expertos recomiendan a los ciudadanos ser críticos y responsables a la hora de usar las redes sociales como fuente de información política. También aconsejan contrastar los datos con medios fiables y plurales, verificar la veracidad de las noticias antes de compartirlas y respetar el debate democrático.
Las redes sociales son una herramienta poderosa para transmitir información de manera rápida y efectiva. La capacidad de llegar a una audiencia amplia y diversa a través de las redes ha llevado a un aumento en el uso de estas plataformas en la comunicación política del siglo XXI. Sin embargo, también implican retos y riesgos que requieren de una ciudadanía activa y consciente.